viernes, 19 de agosto de 2011

The Musician


El músico había perdido la inspiración.

Sus canciones acerca de la soledad, del desengaño, acerca de la tristeza y la melancolía habían pasado a ser canciones sobre la felicidad del amor. La gente ya no apreciaba eso. En un mundo de gente no satisfecha, nadie quería aceptar las canciones felices del músico.

El músico, entonces, decidió abandonar la música. Porque no podía amar más a su guitarra que a una mujer. Su guitarra se convirtió en polvo, porque cuando algo muere, se convierte en polvo.

Y la gente entonces volteó su mirada hacia los músicos tristes, infelices, mientras el músico vivía su propia vida en felicidad. Aquel disco envejeció en las tiendas.

Sin embargo, la gente que salía de su soledad, la gente que encontraba por fin el amor, iba y conseguía el antiguo disco.

El disco feliz ahora tenía sentido.

Y el músico había previsto esto.

Porque la música depende siempre del músico. Y el gusto, del que la escucha.

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