miércoles, 10 de diciembre de 2008

Human After All


Un día, Friedrich Nietzsche, como todo ser humano, murió. Se decía que era una persona muy espiritual, y que murió loco, sifilítico, o a causa de un cáncer cerebral. Murió en 1900, y dio luz a la filosofía del siglo XX.

Nietzsche escribió El Anticristo, y Asi Habló Zaratustra. Dos libros por demás espirituales. Pero el egoísmo que él alentaba era un egoísmo sin sentido. Había que matar a Dios, olvidar la moral, trabajar mecánicamente en busca del superhombre.

Pero el día que murió, llegó a las puertas del Cielo. Y se encontró con una sorpresa: San Pedro lo recibía, con una sonrisa de oreja a oreja. 
-Hola Friedrich.- dijo San Pedro - Dios te quiere ver en persona.
Y Nietzsche no pudo más que mostrar sorpresa, extrañeza.
-Creí que me mandaría al infierno... ya sabes, por lo que he escrito.
-No hay infierno, es un mito. Dios es misericordioso, y concede el perdón a todo humano. Porque, Friedrich, eres humano después de todo.
-Me siento extraño.
-Deberías estarlo.
-Conque humano después de todo... ¿Y qué es de mi filosofía?
-Será un paradigma. Una vuelta de tuerca, un comienzo. Para bien y para mal.
-Explícame.
-El hombre va a querer volar tan alto, que va a caer al precipicio.
-Entonces soy como el Apocalipsis.
-No, eres humano. Las cosas que mencionas son más grandes que tú. Pero bueno, pasa, y encuéntrate con Él.

Y las puertas del cielo se abrieron. Y Nietzsche caminó por el cielo. El Cielo era como una catedral para él. De muros altos, con columnas, con materiales preciosos, con oro en los murales. Miguel Ángel estaba en un andamio. Pintando un fresco. Y Nietzsche se vio a sí mismo, ilustrado en el mural. Y se dio cuenta de que en él se encontraban todos los sabios habidos y por haber. Y entonces, alguien se acercó por atrás y le puso la mano en el hombro: Rafael Sanzio.

-Miguel, aquí hay uno de los que ilustras. Es Nietzsche.-
Y Miguel Ángel detuvo su mano, asentó el pincel, bajó del andamio, todo esto ante la sorpresa del asesino de Dios.
-Qué gusto conocerle.- Dijo Miguel Ángel al filosófo. - A que no tienes una idea de lo trascendental que eres.
Niezsche estaba mudo. No daba crédito a lo que veía. Miguel Ángel y Rafael Sanzio le daban palmadas, lo tuteaban...

Y una voz profunda se escuchó: No lo confundan más.
Un anciano, más parecido a los viejos patriarcas que a uno común y corriente se acercó a él. Se parecía a la figura soberbia del Moisés. con el cabello plata y la barba blanca, lucía sus alas grises con orgullo, al tiempo que sostenía un lirio en la mano derecha. Cabe destacar que todos estaba enfundados en túnicas blancas.
-Friedrich, ven conmigo.- le dijo el Arcángel Gabriel.

Nietzche caminó un rato a su lado, siguiéndolo, maravilándose ante todo lo que veía. Ciervos blancos, petirrojos de color intenso, jardines, estancias, y una gran cantidad de personajes conocidos, al igual que muchos hombres y mujeres reunidos. 
-Quiero que entiendas que el cielo es la mezcla de todo lo sublime. Aquí hay mares, aquí hay edificios, aquí hay arte, hay música, hay fiesta, hay solemnidad. Amaneceres y atardeceres irrepetibles. por algo es el Cielo. Es la última morada, el sitio de descanso del hombre, después de su estancia en el mundo material.-
Mientras el Arcángel decía esas cosas, Nietzsche se percató de lo que parecía un mausoleo, a lo lejos, a orillas de un mar lejano, y a la vez, próximo a él. 
-¿Qué es eso?- preguntó el filósofo, intrigado.
-Ahí están Adán y Eva.-
-¿Y los dinosaurios? No hace mucho que se habla de ellos.-
-Ellos también están por ahí... pero no te inquietes. Recuerda que Dios requiere tu presencia.-
-¿Qué aporté a la humanidad? Me intriga. No quiero llegar y  descubrir que no tengo nada especial.-
-Friedrich, gracias a ti, el hombre recurrirá a Dios antes del fin.- Gabriel volteó la mirada, y Nietzsche pudo ver cuánto se parecía a un padre gentil. - Incitas al olvido a Dios, al amor al progreso, pero eso hace que, al morir, el hombre se sienta en necesidad de Dios. Y Él se manifiesta de muchas formas. Y así nadie pasa a la eternidad en desgracia espiritual. Créeme, tienes el mérito. Llegaste al mundo por algo.-
Y una lágrima corrió por las mejillas del filósofo, quien en su soberbia, decidió que era mejor olvidar a Dios y seguir adelante. Pero olvidó que todo necesita un sentido en la vida. Y que el sentido se encuentra al final, y no se rige sólo por lo material, y que el espíritu no es ni un colectivo, ni un ente individual, sino que es todo y uno a la vez.

Se escuchaban los coros y las arpas, y Nietzsche ya sabía que todos estaban dentro del plan de Dios, y que era, no un superhombre, sino un humano después de todo. Y pudo entonces, llegar al Padre...

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El espíritu del ser humano está ahí. No es malo ser objetivista u egoísta, al menos no del todo, lo que es malo es olvidar que hay cosas que van más allá de la lógica, y que el hombre tiene luz en su interior...

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Me has dejado helado, sin palabras, maravillado ante una gran obra. Me siento ahora, un joven pintor ante Miguel Angel. Aplausos, con todo y mi dedo malo te aplaudo. Sorprendente manejo de las palabras, de las formas, me has dejado sorprendido. Te aplaudo de nuevo y te felicito, gran relato.

Daniel Peraza dijo...

Eres un ser muy espiritual y lo que escribes es sumamente bello. El ritmo y la sintaxis es tremenda y a la vez sencilla, lo suficiente como para en verdad conmover mi corazón. Y déjame decirte algo, no cualquier escrito hace que esto ocurra. Gracias por tus palabras y tus meditaciones.

- Pablo C. dijo...

Muy profundo; romántico.

"El progreso está en tu espíritu, y no en una ciudad" (8)

Liliana Muñoz dijo...

Me gustó ponch, ta MUY interesante...nietzche era bien chido jajaja ya quiero leer lo del doppelganger o como se escriba jajaja andale rey, ponlo yaa

mikelo22 dijo...

haaha tal filósofo en el cielo.... Yo creo que nietszche hubiese vomitado en las meras barbas blancas de dios hahahas dios sin mayúscula .... Pero no le quitaré mérito a lo tuyo, creo q fue bueno we are human, too human.... Ahhahaha te dejó... Sigue escribiendo

Anónimo dijo...
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