jueves, 29 de diciembre de 2011

The Sweet Oblivion


Dicen que en el último momento, antes de morir, vemos nuestra vida pasar ante nuestros ojos.

Pero lo único que pude ver, en ese instante, fue tu rostro, bañado en la luz de la mañana, con el cabello alborotado, y tu sonrisa, cuyo recuerdo bastará para esperarte, en la eternidad del silencio.




domingo, 25 de septiembre de 2011

God Put a Smile Upon Your Face



A partir de ahora, no importa lo mal que estén las cosas.

Sonreiré.

Time


El tiempo, muchos dicen, es una invención humana. Es la palabra con la que describimos el movimiento. Movimiento, entendido como avance. Como cambio. Como el rodar de una moneda al caer al piso.

El tiempo sin embargo, es una medida inexacta.

Así como la distancia, varía según la percepción de cada quien. Para alguien que conoce el mundo, por ejemplo, la distancia entre Roncesvalles y Santiago de Compostela, es pequeño. Y para otros, la distancia entre dos cuerpos que quieren encontrarse puede ser infinita. Así es el tiempo. Cuando queremos que algo dure una eternidad, el tiempo pasa muy rápido. Y cuando queremos olvidar, es eterno.

Pero a veces no nos damos cuenta de que desperdiciamos este “movimiento”.

Lo desperdiciamos en cuestiones tontas, a veces. Lo desperdiciamos en disfrutes vanos. Lo desperdiciamos en querer desperdiciarlo.

Y a veces, nos damos cuenta. Y a veces, también, vemos que nos hemos quedado sin tiempo. Y que las cosas cambian.

Los tiempos han cambiado.

Sí, Septiembre es el mes de cambios que esperaba. Pero estos cambios, han sido inesperados.

El tiempo es ahora, un poco más contrarreloj que antes.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Wake Me Up When September Ends




Los últimos días de agosto fueron de reflexión. A dónde dirigía mi vida, con quién quería compartirla, cómo me iba a sentir respecto al mundo.

La última noche de agosto me fui a dormir con la sensación de que septiembre iba a ser diferente, un mes de revelaciones, un mes de felicidad pura y dura. Esa felicidad que tal vez hace falta. Me fui a dormir con un peso en el alma, con la conciencia de que faltaba resolver conflictos de mi persona, y conflictos con otras personas, que apenas se gestaban, pero podrían convertirse en un problema grave.

Amanece septiembre, me miro diferente en el espejo. Digo: Tengo que ver el mundo con ojos diferentes. Tengo que sentir el mundo con una piel diferente. Las cosas serán mejores en la medida de que cambiara ciertos aspectos, no de mi personalidad, sino de mi actitud. Un cambio de actitud necesario, un cambio de prioridades, y por supuesto, ser la mejor persona posible. Ser mejor persona no implica ser el bueno con todos, sino ser el bueno con uno mismo… y con las personas que realmente me quieren. Del verbo querer. Del verbo: “Estoy ahí cuando me necesites”.

Me miré después de lavarme la cara y decidí que ya no estaría allí para todos. Ahora lo estaré ahí para la gente a la que le importo.

Nos acaba de caer el infierno encima. Mi jefe, en aparente decepción. Yo, en la cuerda floja. La tensión sube cuando me invita a salir a conversar con él. Las cosas se aligeran: me invitaba a comer con él.

Después de la plática, algo quedaba claro: debo ver por mi futuro. Y como me dije en la mañana: tengo que valorar a la gente que me valora. ¿En qué momento un amigo mío había dejado de serlo, y se había convertido en mi jefe? Tengo que verlo así: como un amigo que me quiere, me cuida y me valora. Y que está preocupado por mi futuro. Por el rumbo que elijo. Porque tal vez ve lo que todos ven en mí, pero no me doy cuenta de ello: Soy demasiado altruista. Me falta ser egoísta. El egoísmo como una forma de quererme a mí mismo, no como algo malo y vano.

Entonces caí en la cuenta de algo: Septiembre puede ser el mes en que me dé cuenta de muchas cosas, puede ser un mes didáctico, un mes de cambios. Contrastes entre lo bueno y lo malo. Un mes para valorar las cosas, para desarrollar mis aptitudes, para dirigir rumbos. Ése es el septiembre que quiero. Un mes que me haga crecer como persona. Un mes para mí.

viernes, 19 de agosto de 2011

The Musician


El músico había perdido la inspiración.

Sus canciones acerca de la soledad, del desengaño, acerca de la tristeza y la melancolía habían pasado a ser canciones sobre la felicidad del amor. La gente ya no apreciaba eso. En un mundo de gente no satisfecha, nadie quería aceptar las canciones felices del músico.

El músico, entonces, decidió abandonar la música. Porque no podía amar más a su guitarra que a una mujer. Su guitarra se convirtió en polvo, porque cuando algo muere, se convierte en polvo.

Y la gente entonces volteó su mirada hacia los músicos tristes, infelices, mientras el músico vivía su propia vida en felicidad. Aquel disco envejeció en las tiendas.

Sin embargo, la gente que salía de su soledad, la gente que encontraba por fin el amor, iba y conseguía el antiguo disco.

El disco feliz ahora tenía sentido.

Y el músico había previsto esto.

Porque la música depende siempre del músico. Y el gusto, del que la escucha.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Minificción 1 (About dying)

La Muerte le dijo a Juan que era su hora. Juan le contestó indignado: ¡Mentira, hay cambio de horario!

Regreso en una hora, dijo la Muerte.

martes, 9 de agosto de 2011

I’m gonna find another you


¿Sabes? Nunca había sentido eso por alguien. Nunca me había sentido tan vivo. Y vivo, para mal. La frustración de saber que ni siquiera eres mi pareja ideal, o sea, lo que necesito como hombre. La frustración de saber que nunca me corresponderías. La frustración de saber que pude haber tenido otro crush sin haber perdido tanto tiempo. La frustración que pese a todo ello, te quiero de una manera tan diferente a la que me quieres, o querrás nunca, tú.


Estos días he estado hablando, con mis amigos, conmigo mismo. He estado hablando de ello. Porque hablar me ayuda a dejar las cosas atrás. Porque nunca antes en mi vida hablé de mis cosas, de mis sentimientos, de mis miedos, de mis pasiones.

Mi miedo eres tú. Mi pasión eres tú.

Mi miedo eras tú. Mi pasión eras tú.


Estoy dejándote atrás. Me hace daño quererte así. Sólo espero, en el camino volver a quererte como amiga, si alguna vez realmente te quise así. Y también, espero no hacerte daño, si me alejo. Porque no puedo ser en este momento de mi vida, tu amigo de siempre.

Por otro lado, sólo espero encontrar otra tú. No digo una mujer igual, en gustos, ideales, o físico (aunque indudablemente, en este último apartado, ojalá tenga cuando menos ¾ de tu belleza).

Miento. No quiero otra tú.

Quiero otra.

Que vaya con mi persona.

Que me quiera por como soy.

Y que me haga sonreír. Quiera yo sonreír o no.

Espero entiendas. Y lo aceptes.

lunes, 25 de julio de 2011

With a Little Help from my Friends


Tengo miedo. Tengo un poco de miedo. Miedo de salirme de mi zona de confort, tal vez. Miedo de cambiar. Miedo de actuar. Miedo de ser directo, de dejar de ser el de siempre. Una amiga mía me dijo que yo tenía miedo de salir del hoyo en el que estaba.

Ahora que he salido del bache, me doy cuenta de demasiadas cosas. El bache estaba en una calle mala. Una llena de obstáculos, de imperfecciones, de cosas que me aterran, de cosas que me frustran, me decepcionan, me condicionan. Deseo salir de esa calle, tomar un rumbo, pero para ello tengo que vencer mis miedos. Dejar atrás muchas cosas. Hacer lo que no hecho, decir lo que no he dicho.

What do I do when my love is away

(Does it worry you to be alone?)

How do I feel by the end of the day,

(Are you sad because you're on your own?)

No, I get by with a little help from my friends

Mm, I get high with a little help from my friends

Mm, gonna try with a little help from my friends


Como dice la canción, con un poco de ayuda, todo saldrá bien.